Adrián Domínguez Está Desesperado y Hasta de Malas Porque Su Campaña No le ha Salido Como Él Quería
Tras dos administraciones en las que ha ejercido el poder a plenitud, una como presidente municipal y la otra como presidente del DIF pero decidiendo todo lo relativo al manejo administrativo, financiero y de obra pública en Tampico Alto, Adrián Domínguez Rangel, apodado el “cachas”, no las ha tenido todas consigo en esta campaña.
Por principio de cuentas, supuso que el partido del cual fue, era o es, no lo sabemos con exactitud, congresista nacional, Morena, lo designaría como abanderado a la alcaldía de Tampico Alto. Primer error: eso no ocurrió porque la dirigencia nacional decidió que una dama fuera designada como candidata.
Al no tener otra opción, pretendió abanderar al PRI pero ahí también le cerraron las puertas. Al no quedarle más, le pidió a su amigo, Esteban Ramírez, buscarle acomodo en el Partido Verde con Javier Herrera Borunda.
Tras varias negociaciones finalmente logró la ansiada postulación.
Sus huestes suponían que tendrían el camino despejado para hacer una campaña aparatosa, ruidosa y con el sonido estruendoso del ferrocarril, como en las campañas anteriores.
También, supuso que tendría manos libres para organizar sus famosas megacaravanas conformadas por decenas de camionetas y vehículos lujosos, repletos de sus amigos del sur de Tamaulipas, como promotores del voto en las colonias y sectores populares.
Pero eso no fue así. Los tiempos han cambiado, las reglas son diferentes. Ahora existe un control más severo en cuanto a los gastos de campaña. Todo lo que concierne a la organización de un evento de esta naturaleza, es fiscalizado. Les contabilizan hasta las gorras que regalan, los equipos de sonido que utilizan y los emolumentos de quienes participan en ellas.
Tal escenario no era el esperado por Domínguez Rangel, quien, acostumbrado a hacer su voluntad, ha tenido que reorganizar su agenda para no incurrir en violaciones al código electoral.
Esa situación lo tiene muy nervioso.
Aunque en los primeros días tuvo tiempo de hacer algunos compromisos verbales con representantes de sectores, ya que iba por “la libre”, se tuvo que sujetar a las reglas del juego.
Otro de los negativos de su campaña, es sin duda su falta de propuestas concretas. No hay una sola idea coherente en su discurso por más que sus simpatizantes y boots, lo defiendan a capa y espada, ofendiendo incluso a sus contrincantes o a quienes no piensen como ellos.
Sin embargo, el saldo en contra más notorio lo representa la opacidad con que ha manejado el rubro de obra pública.
Solo hay que revisar la información que se encuentra en la página del Órgano de Fiscalización Superior, Orfis, para conocer a detalle, el destino que han tenido los recursos públicos a través de los diversos rubros.
Las últimas dos administraciones han sido manejadas por él, una por la vía constitucional, y la actual, por la vía impositiva, desplazando a su prima hermana Vanessa López Rangel.
Abundan las imágenes y noticias donde, el actual candidato Verde, encabeza reuniones con funcionarios de los distintos órdenes de gobierno, para realizar “gestiones”, con el membrete de presidente del DIF, algo completamente inusual en la política veracruzana.
Y aunque fue presidente del DIF de la administración actual, parecía más una especie de súper funcionario que abarcaba las direcciones de obras públicas y la tesorería, casualmente las áreas más importantes de un gobierno.
Hay que sacar nada más las cuentas para conocer que pese a contar con un presupuesto de más de 400 millones de pesos en los últimos dos ayuntamientos, no se resolvió nunca el problema del desabasto de agua potable en diversos sectores del municipio.
Las familias tampicoaltenses tienen que pagar en la actualidad para disponer del líquido vital, que, por cierto, les hace muchísima falta.
Ese es el verdadero Adrián Domínguez Ángel, el “tampicoaltense”, que vive a cinco cuadras del estadio Tamaulipas en Cudad Madero.
