En el año 1950 cuando Corea del Norte atacó a Corea del Sur, Turquía mandó brigadas a Corea como parte de una llamada de ayuda de las Naciones Unidas. Un joven suboficial de esta brigada que respondía al nombre de Süleyman Dilbirliği encontró a una niña pequeña cuyos padres habían sido asesinados esa misma noche.
Pasó el tiempo y el soldado y la niña habían creado un lazo muy especial. Después llegó el momento de ponerle un nombre a la pequeña y Süleyman dijo ” su rostro es igual a la luna y nos la encontramos a la luz de la luna, su nombre de ahora en adelante será Ayla ( que en Turco significa círculo de luz alrededor de la luna o el sol ) “
Pasaron 15 meses y Ayla ya estaba asistiendo a la escuela Ankara, la cual fue establecida por el ejército Turco en Corea del Sur. Llegó el momento en el que Süleyman tenía que volver a Turquía, pero no sin antes tratar de regresar junto con Ayla, a quien quería como una hija. El suboficial trató de adoptar a la pequeña, de convencer a sus superiores de poder llevársela junto con el, e incluso en un acto desesperado trató de meterla a su maleta sin que nadie se diera cuenta, pero desafortunadamente no pudo superar las leyes surcoreanas y terminó regresando solo a su hogar.
60 años después cuando corría el 2010 ambos pudieron encontrarse de nuevo en el parque Ankara de Corea del Sur, gracias a la iniciativa de periodistas turcos y surcoreanos de buen corazón que se habían enterado de esta historia.
Süleyman falleció a los 91 años de edad y la última persona que estuvo con él en su lecho de muerte fueron su esposa, sus hijos y Ayla, quien viajó desde Corea del Sur para estar con él en sus últimos momentos de vida.
Una película sobre este suceso fue estrenada en Turquía en el 2017. En nombre de la película es Ayla, the daughter of war o la hija de la guerra.



