– por su falta de Liderazgo que ya afecta la cohesión de grupos políticos en Veracruz
-Nunca entendió que el poder no se comparte
-Dejó crecer a Erick Cisneros y generó enconos en lugar de sumar simpatías

Los veracruzanos no son fáciles de convencer.
Por naturaleza son reacios, “contreras”, rebeldones. Lo traen en la sangre, herederos de Gaspar Yanga, uno de los primeros, o quizás el principal y más destacado afrodescendiente, -no como otro que hasta lo presumía-que encabezó movimientos contra la esclavitud española.

Aunque son cordiales y fiesteros, su naturaleza los hace ser recelosos. Difícilmente aceptan imposiciones, y menos en política, por más modificaciones a la constitución que hayan hecho, para tratar de convertir en jarocha, veracruzana, xalapeña, terrablanquense y hasta pozarricense a una zacatecana.

Los escenarios se están complicando para el morenismo en Veracruz.

Si bien es cierto que la marca del Movimiento de Regeneración Nacional, continúa posicionada, los yerros de su abanderada a la gubernatura, Rocío Nahle García, el más reciente donde evidencia su desconocimiento de la geografía estatal, lo que pone de manifiesto su evidente falta de apego al terruño, están restándole puntos en el aún incipiente certamen electoral.

Su rival, Pepe Yunes, ha cambiado su retórica de manera radical. La actitud pasiva y su excesivo respeto y caballerosidad política, han quedado atrás en el discurso del peroteño, quien ahora no duda en criticar abiertamente al sistema y al gobierno estatal y los continuos fallos.

El ex alcalde, ex senador y ex diputado local y federal, ha conciliado los intereses de priistas panistas y perredistas a lo largo y ancho de Veracruz.

Pepe se ha dedicado a sumar y a multiplicar pero no a restar, como sí han estado haciendo algunos políticos vigentes todavía en el estado.

Sin embargo, los principales apoyos a la campaña de Pepe, irónicamente proceden de dos morenistas con mucho poder en Veracruz: el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y el ex secretario general de gobierno Erick Cisneros Burgos.

La desastrosa administración estatal que “encabeza” el ingeniero eléctrico, y el sueño frustrado de Cisneros Burgos de convertirse en candidato a la gubernatura, ganándose enemistades con los grupos políticos, embarrando de paso a decenas de alcaldes y diputados locales, representan una carga muy pesada para el equipo político de la ex secretaria de energía.

Otro punto negativo es la desarticulación de los grupos de apoyo llamados Redes Fenomenahles, en numerosos municipios de la entidad. Quienes fungían como coordinadores han saltado de ese barco para regresar a sus partidos de origen: el PRI, el PAN y el PRD, y sumarse así a la campaña de Yunes Zorrilla.

Es largo aún el trecho que tiene que recorrer, para lograr el convencimiento de la sociedad veracruzana, no obstante, aunque las siglas de Morena aún pesan, en la boleta electoral López Obrador no aparecerá

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